Cólicos, estreñimiento, diarreas, reflujo gastroesofágico, tortícolis congénita, bronquiolitis, trastornos del sueño, irritabilidad, asma, alergias, hiperactividad, dermatitis atópica, asimetrías del cráneo… Éstos son sólo algunos de los problemas que con frecuencia presentan los bebés y para los que a menudo nos cuesta encontrar una solución duradera y consistente.
La Osteopatía pediátrica y la Terapia Craneosacral son unas opciones altamente efectivas en el tratamiento de todos estos problemas de salud que tanto afectan a los bebés.
Muchas veces, el origen de estas patologías puede ser debido a tensiones en los tejidos del bebé (sistema nervioso, fascias, músculos,…). También por restricciones o ausencia de movilidad de algunas articulaciones de su cuerpo (entre ellas las suturas craneales), producidas normalmente durante el embarazo o el parto.
La Osteopatía nace a finales del s.XIX como una terapia manual que busca el equilibrio de todas las estructuras corporales para conseguir una función óptima del organismo. La Terapia Craneosacral - TCS fue desarrollada por el osteópata estadounidense William Garner Sutherland a principios del siglo XX. A través de su estudio de la anatomía craneal, Sutherland descubrió sutiles movimientos rítmicos en los huesos del cráneo y el sacro, y desarrolló una técnica de terapia manual para trabajar con estos movimientos y mejorar la salud y el bienestar del paciente. La terapia craneosacral se ha expandido desde entonces y se utiliza en todo el mundo como una forma de tratamiento complementario.
En los bebés, el osteópata localizará estos posibles desajustes que suelen pasar desapercibidos y aplicará, con sus manos, técnicas muy suaves y delicadas sobre su cabeza, columna vertebral, barriga, etc. para devolver el equilibrio fisiológico necesario al sistema nervioso, digestivo, etc.
En países como Francia, Bélgica, Gran Bretaña, Estados Unidos, es habitual este trabajo desde los primeros días o meses de vida de los bebés. De esta manera prevenimos enfermedades futuras y evitamos molestos síntomas durante años.
Lo ideal es aplicar el tratamiento durante los 6 primeros meses de vida, que es cuando más efectivas son las técnicas gracias al gran potencial de adaptación y corrección presente en el bebé, y cuando mejores y más rápidos resultados se obtienen. No obstante el tratamiento se puede iniciar a cualquier edad, ya que la osteopatía es una terapia aplicada también en adultos.
Se trata de un tratamiento totalmente compatible con la medicina convencional, resaltando que no sólo es curativo sino también preventivo.
Existen situaciones en las que es particularmente recomendable, tanto para el bebé como para la mamá, acudir a una consulta osteopática: cesáreas, partos de nalgas, fórceps, ventosas, bebés prematuros, gemelos… por el alto índice de estrés que pueden sufrir ambos en estas situaciones.
Para los bebés, la mayoría de las veces bastarán de 2 a 5 sesiones y entre ellas se suele dejar pasar varias semanas para que el cuerpo del bebé se vaya adaptando a las correcciones.
"La vida es el arte de dibujar sin usar una goma". John W. Gardner
Escribir comentario